Antes muerto que nini |
Esta semana leí un post de un
joven informático que se quejaba de que no le daban una oportunidad por no
tener experiencia. Si bien admitía el valor de esta, no entendía como las
empresas no consideraban sus ganas de aprender y superarse. Daba por hecho que
las suyas eran superiores a las de los ya contratados sin reparar en que todos
ellos estuvieron en su situación alguna vez.
Aunque no diera datos personales,
haré una suposición inspirada en mi propio historial. Si ha estudiado un grado
(4 años), y asumiendo que el estudio fuera su única dedicación
“profesional” (no ha repetido), debería
tener unos 22 años. Asumiré también que
su familia no requiere de sus ingresos
para su sustento y, por tanto, está
financiera y domésticamente preparada para asumir su formación un tiempo más.
Incluso estaría dispuesta a hacer alguna inversión extra con tal de satisfacer
las aspiraciones de su vástago y evitar que engrose las filas de nini’s(*).