Páginas

martes, 15 de septiembre de 2015

Obedece a tu jefe aunque te duela.

Tu jefe puede serlo por muchas razones. Porque se ha ganado el puesto con los años, porque se ha sabido granjear mejor la confianza de quien promocionaba, porque es el que más sabía o porque es el hijo del dueño. Y le criticarás por muchas otras razones. Porque es un borde, porque no te sube el sueldo, porque solo mira por su propio puesto, porque no tiene ni idea (o eso crees) o porque llegó a donde nunca debía haber llegado.

Formará parte de muchas conversaciones de café tanto para bien como para mal y, en ocasiones, estarás tentado de creer que lo harías mucho mejor. Llegado el momento, pensarás que esta o aquella decisión que haya tomado es una torpeza que perjudica a todos y quizá, en un arranque de osadía, decidas tomar las riendas. Actuar al margen y hacer lo que consideras correcto porque así lo dicta tu espíritu. Y te lanzas pensando en que los resultados te darán la razón.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Tarjetas "sin contacto". El razonamiento de la cajera.

Me acerco al supermercado de al lado de mi casa dispuesto a utilizar los nuevos puntos de venta con tecnología NFC (permiten el pago acercando la tarjeta en lugar de introducirla), que han instalado. Compro un par de litros de leche, pan y algo de queso. Me pongo en la cola hasta que llego a la línea de cajas. Deposito mi compra en la cinta asignada y una sonriente cajera, Ana, me da los buenos días mientras escanea mis artículos. - 11,90. ¿En efectivo o con tarjeta? - me dice. Le doy mi tarjeta "sin contacto" y pregunto si podemos utilizarla. - Claro que sí, caballero. DNI, por favor - añade automáticamente. Con cierto fastidio, vuelvo a sacar mi cartera y se lo doy. Mientras comprueba que DNI y tarjeta pertenecen a la misma persona le pregunto su opinión sobre el nuevo sistema. - Qué quiere que le diga, no sé por qué tiene más gracia verme acercar su tarjeta al terminal que meterla por la ranura - señala mientras toca el TPV para efectuar el pago. Intento hacerme el listo y le digo que, entre otras cosas, para transacciones inferiores a 20 euros no es necesario introducir el PIN. Sin perder la sonrisa me responde que por qué eso mismo no se  podía haber hecho con las antiguas. Recojo mi compra y me voy a casa pensativo.

Imagen cortesía de Serge Bertasius Photography
Freedigitalphotos.net