Imagen cortesía de Stuart Miles. www.freedigitalphotos.net |
Solo las grandes empresas pueden
permitirse grandes inversiones en tecnología, en especial, las relacionadas con
tecnologías de la información. Tristemente, en España, estas empresas son pocas
pero su necesidad ha sido tan grande que, desde el principio, la provisión de
profesionales ha sido insuficiente para cubrirla. Por otra parte, estas
empresas han optado por no incluir estos profesionales en sus plantillas,
recurriendo ampliamente a la externalización individual, es decir, contratando
un servicio que coincide con una definición de un puesto en su organización.
- Las empresas proveedoras se convierten en distribuidores de una “commodity”. Su función es comercial y de selección pero no tecnológica.
- Desvinculación del “consultor” de su empresa lo que implica frustración por falta de pertenencia.
- Riesgo en caso de conflicto. Todos hemos visto protestas en sedes de clientes por problemas con las “consultoras”.
- La ausencia de diferenciación fomenta acuerdos espurios entre empleados con capacidad para contratar y proveedores.
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